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EL PPCV ha generalizado e institucionalizado todo tipo de prácticas corruptas, que han pasado a ser vistas como normales o inevitables por una sociedad que ha convivido día a día con ellas. En casi dos décadas de gobierno ha creado, gracias a todo tipo de abusos de poder con el patrimonio público, una tupida red de clientelas, a nivel local, regional y autonómico que constituyen una fuente de votos muy importante. Si a esto añadimos el control de la televisión y de la radio pública, comienza a ser explicable, en parte, que no se conozca a los líderes de la oposición y el resultado de las encuestas. Pero la situación no deja de ser explosiva y, como también se refleja en esos sondeos, el líder local del PP ha perdido la confianza de su propio electorado. ¿Podrán Camps y los cuarenta presuntos corruptos ganar de nuevo unas elecciones?
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